domingo, 21 de febrero de 2016

Procesos funerarios de los Mesoamericanos.

La muerte es uno de los eventos naturales que más ha intrigado al ser humano desde épocas remotas, por tal motivo ha tratado de comprenderla desde diferentes ángulos, generalmente, otorgándole una importancia religiosa y explicándola a través de innumerables mitos

Creencias sobre la Muerte
En mesoamérica creían en la idea de una vida futura así como de su recompensa o de su castigo, según ellos la muerte era solo por cuatro años de los cuales después el alma regresaba al cuerpo para empezar una segunda vida.
En este periodo el ama de los niños se iba a Chichiuacauheo, la de los que morían trágicamente de un paraíso en el que que eran conducidos por Ixtab Diosa del suicidio, ya que los antiguos mayas creían que los suicidas iban al paraíso; la de los muertos en la guerra o prisioneros iba a Iljuicatls-Tonatiuh; y a las heladas regiones del Mictlan o a las sombrías del Xibalbá, a la cual iban los que morían de muerte natural.
Para llegar a estas regiones, los muertos, exceptuando los niños, tenían que atravesar el caudaloso río Apanoaya en espera de su fuga, alejamiento y regreso a la vida.

Enfermedad , muerte y sepultura
Siempre que un hombre se enfermaba acudía con el sacerdote, hechicero o curandero, el cual con ciertas oraciones y la administración de algunas hierbas curaba o mataba a su paciente, de lo cual dependía su reputación..
Los números trece y nueve son los más sagrados; ya que el trece correspondía al numero de los Dioses del Cielo y el nueve a los dioses de las regiones infernales.
Los mayas creían que era causa de sus pecados que tenían muertes, enfermedades y tormentos por lo que cuando enfermaban se confesaban para eliminar el mal.

El gran miedo a La Muerte.
Le tenían un gran miedo a la muerte ya que esta traía consigo un dolor excesivo así como lástima y llantos que hacían por sus difuntos, también una gran tristeza. Les lloraban durante el día en silencio y en la noche con grandes gritos; había abstinencia de ayuno.

Apenas alguien moría, envolvían su cuerpo en una mortaja y le llenaban la boca de maíz molido con unas cuentas de jade, las cuales eran su moneda y servían para que en la otra vida tuvieran que comer. Las personas pobres eran enterradas bajo el piso de su casa las cuales después eran abandonadas ya que les inspiraban miedo, en la tumba echaban figuras de barro o piedra, objetos que indicaran su profesión, libros o hasta incluso su perro.

En algunas aldeas había una costumbre funeraria conocida como “bool kebán “(ayuda en el pago del pecado)"ayuda en el pago del pecado" y es la participación simbólica de los parientes y amigos en los pecados del difunto ; era una ceremonia de limpieza espiritual en el que: colocaban al muerto en una tina largo de madera y lavaban el cuerpo con atole luego el "atole" se distribuía enseguida entre los miembros de la familia y amigos, cada uno de los cuales tomaba una porción del mismo, asumiendo de esta manera una parte de los pecados del muerto y ayudando a su alma a entrar en el paraíso.

Costumbres funerarias
Las costumbres funerarias de las clases altas, las cuales dirigían eran mas complicadas, y algunas de ellas son:
1.- el cadáver de los nobles eran quemados poniendo sus cenizas en vasijas para después edificar encima de ellas, templos los cuales eran acompañados de adornos mortuorios.
2.-se guardaban las cenizas de los muertos en estatuas vacías hechas de madera o barro en la que la parte de atrás de las estatua se les hacia un hoyo para meter las cenizas y después se sellaba con piel arrancada de la nuca (colodrillo).
3.-Entre los Cocomes, la cual era la casa reinante de Mayapán existía una costumbre funeraria muy peculiar en la que cuando alguien morían sus cuerpos eran hervidos hasta que se les pudiera separar la piel del hueso, se aserraban la mitad posterior de la cabeza, dejando intacta el fondo huesudo de la cara. Después, en las zonas en donde habían estado las partes con carne, se hacía una cara nueva, con un tipo de resina de modo que se pareciera al rostro del hombre que había muerto. Estas caras se conservaban junto a las estatuas de madera les tenían un gran respeto y en los días de fiestas les ofrecían alimentos de manera que no carecieran de nada en el otro mundo, a donde se habían marchado.


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