sábado, 20 de febrero de 2016

Mito de la Doncella Ixquic.

 “Esta es la historia de una doncella, hija de un Señor llamado Cuchumaquic. 
   Llegaron (estas noticias) a oídos de una doncella, hija de un Señor. El nombre del padre era Cuchumaquic y el de la doncella Ixquic. Cuando ella oyó la historia de los frutos del árbol, que fue contada por su padre, se quedó admirada de oírla.
— ¿Por qué no he de ver ese árbol que cuentan? Ciertamente deben ser sabrosos los frutos de que oigo hablar. A continuación se puso en camino ella sola y llegó al pie del árbol que estaba sembrado en Pucbal-Chah.
— ¡Ah, exclamó, qué frutos son los que produce este árbol! ¿No es admirable ver cómo se ha cubierto de frutos? ¿Me he de morir, me perderé si corto uno de ellos?, dijo la doncella.

    Habló entonces la calavera que estaba entre las ramas del árbol y dijo: —¿Qué es lo que quieres? Estos objetos redondos que cubren las ramas del árbol no son más que calaveras. Así dijo la cabeza de Hun-Hunaphú dirigiéndose a la joven. ¿Por ventura los deseas?, agregó. 


Si los deseo, contestó la joven.
— Muy bien, dijo la calavera. Extiende hacia acá tu mano derecha.
— Bien, replicó la joven, y levantando su mano derecha, la extendió en dirección a la calavera.

      En ese instante la calavera lanzó un chisguete de saliva que fue a caer directamente en la palma de la mano de la doncella. Miróse ésta rápidamente con atención la palma de la mano, pero la saliva de la calavera ya no estaba en su mano.

— En mi saliva y en mi baba te he dado mi descendencia (dijo la voz en el árbol). Ahora mi cabeza ya no tiene nada encima, no es más que una calavera despojada de la carne. Asi es la cabeza de los grandes príncipes, la carne es lo único que les da una hermosa apariencia. Y cuando mueren espántanse los hombres a causa de los huesos. Así es también la naturaleza de los hijos, que son como la saliva y la baba, ya sean hijos de un Señor, de un hombre sabio o de un orador. Su condición no se pierde cuando se van, sino se hereda; no se extingue ni desaparece la imagen del Señor, del hombre sabio o del orador, sino que la dejan a sus hijas y a los hijos que engendran. Esto mismo he hecho yo contigo. Sube pues, a la superficie de la tierra, que no morirás. Confía en mi palabra que así será, dijo la cabeza de Hun-Hunahpú y de Vucub-Hunahpú.

   Y todo lo que tan acertadamente hicieron fue por mandato de Huracán, Chipi-Caculhá u Raxa-Caculhá.
   Volviese en seguida a su casa la doncella después que le fueron hechas todas estas advertencias, habiendo concebido inmediatamente los hijos de su vientre por la sola virtud de la saliva. Y así fueron engendrados Hunaphú e Ixbalanqué.
   Llegó, pues, la joven a su casa y después de haberse cumplido seis meses, fue advertido su estado por su padre, el llamado Cuchumaquic. Al instante fue descubierto el secreto de la joven por el padre, al observar que tenía hijo.
   Reuniéronse en consejo todos los Señores Hun-Camé y Vucub Carné con Cuchumaquic.
— Mi hija está preñada, Señores; ha sido deshonrada, exclamó el Cuchumaquic cuando compareció ante los Señores.

— Está bien, dijeron éstos. Oblígala a declarar la verdad, y si se niega a hablar, castígala; que la lleven a sacrificar lejos de aquí.
— Muy bien, respetables Señores, contestó. A continuación interrogó a su hija:
— ¿De quién es el hijo que tienes en el vientre, hija mía? Y ella contestó: No tengo hijo, señor padre, aún no he conocido varón.
— Está bien, replicó. Positivamente eres una ramera. Llevadla a sacrificar, señores Ahpop Achih; traedme el corazón dentro de una jícara y volved hoy mismo ante los Señores, les dijo a los búhos.

     Los cuatro mensajeros tomaron la jícara y se marcharon llevando en sus brazos a la joven y llevando también el cuchillo de pedernal para sacrificarla.

Y ella les dijo: —No es posible que me matéis, ¡oh mensajeros! porque no es una deshonra lo que llevo en el vientre, sino que se engendró solo cuando fui a admirar la cabeza de Hun-Hunahpú que estaba en Pucbal-Chah. Así pues, no debéis sacrificarme, ¡oh mensajeros!, dijo la joven dirigiéndose a ellos.

 ¿Y qué pondremos en lugar de tu corazón? Se nos ha dicho por tu padre. “Traedme el corazón, volved ante los señores, cumplid vuestro deber y atended juntos a la obra, traedlo pronto en la jícara, poned el corazón en el fondo de la jícara”. ¿Acaso no se nos habló así? ¿Qué le daremos entre la jícara? Nosotros bien quisiéramos que no murieras, dijeron los mensajeros.
— Muy bien, pero este corazón no les pertenece a ellos. Tampoco debe ser aquí vuestra morada, ni debéis tolerar que os obliguen a matar a los hombres. Después serán ciertamente vuestros los verdaderos criminales y míos serán en seguida Hun-Camé y Vucub-Camé. Así, pues, la sangre y sólo la sangre será de ellos y estará en su presencia. Tampoco puede ser que este corazón sea quemado ante ellos. Recoged el producto de este árbol, dijo la doncella. El jugo rojo brotó del árbol, cayó en la jícara y en seguida se hizo una bola resplandeciente que tomó la forma de un corazón hecho con la savia que corría de aquel árbol encarnado. Semejante a la sangre brotaba la savia del árbol, imitando la verdadera sangre. Luego se coaguló allí dentro la sangre o sea la savia del árbol rojo, y se cubrió de una capa muy encendida como de sangre al coagularse dentro de la jícara, mientras que el árbol resplandecía por obra de la doncella. Llamábase árbol rojo de grana pero (desde entonces) tomó el nombre de Árbol de la Sangre porque a su savia se le llama la Sangre.

— Allá en la tierra seréis amados y tendréis lo que os pertenece, dijo la joven a los búhos.

— Está bien, niña. Nosotros nos iremos allá, subiremos a servirte; tú, sigue tu camino mientras nosotros vamos a presentar la savia en lugar de tu corazón ante los Señores, dijeron los mensajeros.
Cuando llegaron a presencia de los Señores, estaban todos aguardando.
— ¿Se ha terminado eso?, preguntó Hun-Camé.
— Todo está concluido, Señores. Aquí está el corazón en el fondo de la jícara.
— Muy bien. Veamos, exclamó Hun Carné. Y cogiéndolo con los dedos lo levantó, se rompió la corteza y comenzó a derramarse la sangre de vivo color rojo.
—Atizad bien el fuego y ponedlo sobre las brasas, dijo Hun-Camé.
En seguida lo arrojaron al fuego y comenzaron a sentir el olor los de Xibalbá, y levantándose todos se acercaron y ciertamente sentían muy dulce la fragancia de la sangre.

Y mientras ellos se quedaban pensativos, se marcharon los búhos, los servidores de la doncella, remontaron el vuelo en bandada desde el abismo hacia la tierra y los cuatro se convirtieron en sus servidores.

Así fueron vencidos los Señores de Xibalbá. Por la doncella fueron engañados todos.”


   



miércoles, 17 de febrero de 2016

La Creación segun el popol vuh y el inframundo maya "Xibalbá"



La creacion

Primero todo era silencio, había mucha calma. No había nada que estuviera en pie en toda la faz de la tierra, solo existía el mar en reposo y un cielo apacible.
Todo era oscuro, solo Tepeu y Gucumatz (progenitores) estaban en el agua rodeados de claridad. Ellos son los que disponen de la creación de árboles, bejucos, nacimiento de la vida y del hombre. Se formó el corazón del cielo.
Mediante su palabra ellos hicieron emerger la tierra. dijeron “tierra” y esta fue hecha. Así sucesivamente surgieron el día y la noche, las montanas y valles, brotaron pinares. También se crearon las corrientes de agua y los arroyos corrieron libremente.
Luego crearon a los animales, los venados, pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, víboras, guardianes de los bejucos entre otros. Estos fueron hechos para cuidar a los árboles y a las plantas. Los animales se dispersaron y se multiplicaron, pero los creadores les dieron sus moradas respectivas, mar, tierra o aire.
Luego los creadores les dijeron que hablaran para que alabaran a sus creadores(a ellos), pero estos animales no hablaban, solo emitían graznidos, chillaban o cacareaban. Entonces estos creadores los cambiaron de hogar porque no conseguían que los adoraran ni que los veneraran. Hicieron un segundo intento pero estos tampoco hablaron, y por lo tanto fueron condenados a ser comidos y matados.
Ante este fracaso de que los animales no los veneraban, ellos se dijeron que tenían que crear antes del amanecer algún ser que los venerara, por lo tanto quisieron hacer al hombre. Para esto tuvieron varios intentos:
  • En este intentaron hacer al hombre de barro, no se podía sostener, no podía andar ni multiplicarse y se deshizo.
  • Luego trataron con madera, lo cual fue un gran avance, ya que hablaban y se multiplicaban, pero estos no tenían memoria(por lo tanto no se acordaban de su creador), entendimiento, caminaban sin rumbo y andaban a gatas. Estos fueron los primeros que habitaron la faz de la tierra, pero con el diluvio creado por el corazón de cielo estos murieron. Los que se salvaron se escondieron y se convirtieron en Gnomos.
  • De tzite se hizo el hombre, y la mujer de españada , pero estos no pensaban ni hablaban. Fueron aniquilados con resina y fueron desfigurados por las piedras de moler. Esto fue en castigo por no haber pensado ni en su madre, ni en su padre.
  • Poco faltaba para que el Sol, la Luna y las estrellas aparecieran sobre los creadores cuando descubrieron lo que en verdad debía entrar en la carne del Hombre. El Yac, Utiu, Quel y Hoh fueron los que trajeron la comida para la formación del hombre. Esta comida se convirtió en sangre, y así entro el maíz por obra de los progenitores. Los hombres que fueron creados fueron cuatro: Balam-Quitze, Balam-Acab, Mahucutah y Iqui-Balam. Estos son los nombres de nuestras primeras madres y padres.”




  • Xibalbá
    Para los antiguos mayas, la muerte no era el fin definitivo de la existencia, sino que creían que el alma del difunto se trasladaba al Inframundo (llamado xibalba por los quichés y Metnal por los yucatecos). Aquel otro mundo se ubicaba en las entrañas de la tierra, bajo la selva y más allá de los rios, constituyendo una especie de reflejo siniestro del mundo de los vivos. Sin embargo, no se define como el infierno de los cristiano, no se va alli por castigo si no que es el mundo de los muertos por ley fueras bueno o malo ese era el destino de las personas despues de la muerte. Este “otro mundo” es, en definitiva, la región de los muertos, la esfera de los dioses y los antepasados, que al morir se convertían ellos mismos en divinidades.

     Descrito en el
    Descrito en el popol vuh, los gemelos hunahpú e ixbalanqúe recorren un escenario siniestro y lleno de peligros. Es algo normal, pues Xibalbá está dominado por terribles moradores. Según el Popol Vuh, los soberanos del Inframundo son Hum Camé y Vucub Camé (Uno Muerte y Siete Muerte). Junto a ellos, descubrieron siete parejas de divinidades, encargadas de acabar con la vida humana en la tierra. Ahalpuh y Ahalcaná (Productor de pus y Productor de bilis), tenían la función de “hinchar a los hombres y hacerles brotar pus” Xquiripat y Cuchumaquic (Lazo corredizo y Jefe de la sangre), provocaban “derrames de sangre en los hombres”. Por su parte, Quicxic (Halcón de sangre) y Patan (el Cazador), sorprendían a los “hombres en los caminos, haciéndoles llegar la sangre a la boca hasta que morían vomitando sangre”. Y así, hasta completar la lista de siete parejas de dioses dotados de nombres sorprendentes y macabros.


    Los gemelos

    1. Los gemelos 
    • Todo comienza cuando, Ixquic se embaraza con la saliva del árbol de jícara en el cual estaba la cabeza de Hun-Hunahpú que tras ser derrotado por los seres de la muerte fue puesta en ese árbol, de esta unión nacen los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué en el monte, luego los llevaron a la casa, pero no podían dormirse, por esto la abuela pidió que los sacaran, sus hermanos mayores Hunbatz y Hunchohuén decididos a matarlos, los dejaron en un hormiguero, para que murieran, pues sentían envidipor ellos, pero en lugar de ser destrozados por las hormigas durmieron en calma, luego los pusieron en los espinos y en lugar de que éstos se hirieran pudieron descansar estas fueron las primeras pruebas que los gemelos tuvieron que superar y no les importaban porque eran milagrosos. Los hermanos mayores no querían a los gemelos y no los alimentaban, convirtieron a los gemelos en sus esclavos. 
    los gemelos eran el símbolo de desarrollo anímico se divertían y hacían muchas cosas juntos, también eran astutos y muy especiales, ya adultos los dioses gemelos  cansados de sus hermanos hicieron que se subieran a un árbol para buscar unos pájaros, alargaron el tronco y los convirtieron en monos con sus magias, con la condición de volver a la normalidad los hermanos convertidos en monos tenían que bailar delante de la abuela, pero esta no tenia que reírse, lamentablemente empezó a reírse y los hermanos convertidos en mono no recobraron su forma original y desaparecieron por el bosque . 

    Un día  Hunahpú e Ixbalanqué atraparon a una rata que estaba destruyendo sus sembradíos esta les confiesa que su padre jugaba a la pelota, y que fue sacrificado junto a su hermano en el inframundo por no pasar las pruebas que se les planteaban. Los gemelos pronto hallaron los elementos del juego en la casa y aprendieron a jugar, un día estaban jugando en la cancha y perturbaron a los señores del Xibalba que estaban justo debajo de la cancha que era el inframundo y decidieron que tenían que matar a los gemelos para esto los retaron a un juego de pelota. Hunahpú e Ixbalanqué están decididos a vengar la muerte de su padre y se dirigen al inframundo confiados en si mismos debido a que estaban al tanto de lo que les paso a sus parientes. La mama y la abuela se quedan en la casa esperándolos a que lleguen vivos. 
    Primero los gemelos deben de pasar por varias pruebas pasaron por ríos dificultosos y en la primera prueba tenían cuatro entradas ellos tenían que elegir la correcta para poder entrar del todo al inframundo con la ayuda de un mosquito, los gemelos eligen bien el camino, saludan y dicen el nombre de los señores de Ixbalanqué, luego se someten a las pruebas de las dos primeras casas las cuales logran superar mayormente por su astucia y la ayuda de los animales como la luciérnaga y la hormiga,  ocurren los dos enfrentamientos en el juego en el cual salen victoriosos los gemelostambién salen ilesos de las demás casas, hasta que se topan con la casa de los murciélagos en donde Hunahpú fue decapitado su hermano Ixbalanqué le coloca un caparazón de tortuga para jugar otro juego de pelota el cual se efectuó con la cabeza de Hunahpú, luego se alía con el conejo para que distrayera a los  señores del inframundo y en ese instante se recupera la cabeza de Hunahpú este se la coloca y revive para así ganar el ultimo juego. Los hermanos fueron retados una vez más donde debían saltar un gran foso en llamas. Ellos aceptan debido a que decían que tenían que renacer para lograr la victoria absoluta. Los señores del Xibalbá trituraron sus huesos y lanzaron sus cenizas al río, se convierten en peces y de las orillas  volvieron a surgir los gemelos. Volvieron al Xibalbá y lograron dominar allí a todos sus habitantes, haciendo sacrificios despojándoles los corazones a los más grandes señores de la muerte, todo en busca del bien. 
    Triunfadores, Hunahpú se convirtió en el Sol e Ixbalanqué se convirtió en la Luna.